martes, 16 de marzo de 2010
Médico de Renombre
Rafael fue uno de los médicos más importantes de su época, siendo elegido por muchas personalidades, entre las que encontramos al General Bartolomé Mitre y su mujer, Presidente de la Nación Argentina entre 1862 y 1868; el General Racedo, gobernador de la provincia de Entre Ríos entre 1883 y 1886 y ministro de Guerra y Marina de la Nación, durante las presidencias de Miguel Juárez Celman y Roque Sáenz Peña; Lucio Vicente López, interventor Federal de la Provincia de Buenos Aires durante un breve período de 1893 a 1894. Adjunto tres notas enviadas por estas personas a Don Rafael.
Don Rafael Herrera Vegas fue el primer médico en practicar una traqueotomía en Argentina, y operó varios casos de crup diftérico por traqueotomía. Es así que encontramos entre sus operados a: Horacio Rodriguez Larreta, Procurador General de la Nación; María Eugenia Quintana, hija de don Manuel Quintana, Presidente de la República; una hija de Juan María Gutierrez, que como Gutierrez estaba pobre, Rafael no quiso pasarle sus honorarios, éste le regaló un cuadro que representa el "Ecce Homo", atribuido a un discípulo del Guercino, que perteneció a la colección del Barón de Gross. Quizás su paciente más pequeña en operar fue María Luisa Pereyra Iraola, con tan solo 32 meses de edad y así lo cuenta Don Marcelino en sus memorias: "Mediaba el año 1875. Mi padre fue en su coche de caballos, desde la ciudad hasta la estancia San Juan, en el partido de Quilmes y llegó allí al atardecer. La niña estaba tan grave que no quiso operar y ya iba a tomar el carruaje para volverse a la ciudad, cuando doña Antonia se le prendió del faldón de la levita (que era el traje que usaba siempre mi padre, acompañado de la clásica galera) y le rogó que la operase, ya que no había otra cosa que hacer, ni otra esperanza. Se hundía el sol y lanzaba sus últimos rayos, en ese momento la operó y después de terminada la operación, tuvo que sentarse en el sillón rendido y preocupado. Creo, fue la enfermita de menor edad que operó en su lista de traqueotomizados por crup diftérico, que encontré escritos de su puño y letra, que alcanzaban a 20 casos operados por él. La chica estuvo gravísima y después de muchas peripecias y cuidada con solicitud y amor por Mauricia, curó. Esta santa mujer se quedó quince días a su lado sin sacarse la ropa, teniendo que limpiarle la cánula con una pluma de perdiz que mojaba en aceite de comer: ¡qué épocas y qué desconocimiento de las infecciones de las heridas! ¡Lo que es el destino! Quién le diría a mi padre que con el correr del tiempo esa niñita sería la esposa de uno de sus hijos..."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario