miércoles, 1 de septiembre de 2010

San Bernardino - Paraguay


En 1893, estando Marcelino en Europa, a su padre le empezaron unos mareos muy fuertes que terminaron por un ataque de gota en el pié que fue la primera manifestación de esta afección. Convaleció entonces en una estanzuela que compró a Don Julio Méndez en el partido de Luján (supongo que aquí se está refiriendo a Cabaña Luján, pero desgraciadamente no tengo fotografías de aquel lugar).

Como quedó siempre algo delicado le hacía mal pasar el invierno en Buenos Aires y se decidió buscar en un clima más suave la manera de evitarlo y hacer agradable su estadía huyendo de las crudezas del frío en esa estación del año. Ese fue el origen de sus viajes al Paraguay que los inició allá por el año 1899. A veces iba acompañado de sus amigos Don Ricardo Lavalle, Don Carlos Rodríguez Larreta o Don Manuel Correa Morales, a veces completamente solo. Como iba todos los años y con el objeto de pasarlo mejor constuyó un chalet a orillas de la espléndida laguna de Ipacaraí, cerca del Hotel del Lago en el pueblito de San Bernardino. Rafael volvía a Buenos Aires generalmente con los primeros calores de Octubre para volverse al Paraguay con los primeros fríos de Mayo.

En el año de 1910 había sido nombrado por el Gobierno de Venezuela su representante ante el Congreso Médico del Centenario, cargo que rehusó por razones de salud, se fue al Paraguay el día 15 de Mayo. La salud era excelente como consta por cartas y telegramas y sólo tuvo que quejarse de un ataque de gota, que aunque no muy doloroso, fue largo. En este último viaje, Don Rafael estaba acompañado por su sirviente, José Brey, que lo acompañaba hacía 20 años en todas sus temporadas en San Bernardino. Así dijo en Septiembre de 1910: “Después del último ataque de gota que le había quedado un poco dolorido el pie izquierdo, pero estaba bien, caminaba siempre algo, tantas veces para ir a ver enfermos en la vecindad y no se quejaba de nada más que del pie. Varias veces me dijo que ya le iba a quedar así un poco hinchado y dolorido, pero estaba contento demostrando buena salud".

Adjunto la fotografía del chalet de San Bernardino con una anotación al pie de su hijo Marcelino.

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